domingo, 11 de diciembre de 2011

Comentario a José Pintado ¿futuro de la eurozona?


Estimado José, como siempre, expones en tu post: SITUACIÓN ECONÓMICA DICIEMBRE 2011: ¿futuro de la eurozona?, una magnífica y excelente radiografía del escenario económico presente. Ya sabes mi pensamiento: “En cualquier asunto que tratemos por amplio y complejo que se sea, muy pocas cuestiones son esenciales, algunas pocas más son importantes y, la inmensa mayoría son accesorias o irrelevantes”.


Entre otros, me decía Juan Urrutia hace 3 años: “Ya es posible que las ganancias de unos no supongan la ruina de nadie”. Yo le contesté: Ciertamente es posible progresar todos juntos, siempre que quienes están en posición de decidir y actuar con mejor conocimiento y medios, elijan libremente compartirlo con quienes estén en inferioridad de condiciones.

Como sucede casi siempre, es relativamente fácil dilucidar a la vista de cualquier suceso, pero el caso y la dificultad siempre es, saber cómo anticiparse y tener visión de futuro.

La experiencia y los hechos pasados solo sirven como mera referencia estadística, que en algunos casos, pueden ser de utilidad y aplicación práctica, cuando se conoce la actuación de la mayor parte de los ingredientes y estos pueden ser controlados, modificados y medibles en cuanto a sus variables y resultado.

A priori, es muy difícil anticipar y establecer a futuro cuanto queramos de cualquier situación, por desconocimiento en el tiempo de la concurrencia de toda una serie de factores de las diferentes acciones humanas, la caducidad implícita, el aporte de la innovación, la evolución del progreso, el conocimiento y la interactuación de los ingredientes.

Un principio esencial sería, que nunca sea de aplicación legítima la posición de dominio de decidir y actuar con mayor conocimiento y medios con ventaja para nadie, subsanando y resarciendo en el tiempo la ventaja o el perjuicio que se pueda producir. Esta regla de oro Universal, si la intención y confianza están a salvo de cualquier duda, facilitaría que las diferencias que se puedan producir en el tiempo por cualquier causa, se puedan subsanar y resarcir de facto con un procedimiento flexible en equilibrio y justicia, en base a una ética, un código de buenas prácticas y la plena asunción de responsabilidad de las partes, siendo la esencia necesaria para el progreso de la humanidad sin ventajas para nadie.

Ciertamente progresar todos juntos sí es posible. Es fundamental que los gobernantes y dirigentes acuerden cuanto se necesario, con el respaldo de los ciudadanos y el procedimiento que mejor proceda, priorizar las necesidades reales de los ciudadanos y el sistema productivo a medio plazo, evitando la incertidumbre en atender las necesidades básicas esenciales de subsistencia de los ciudadanos. Cualquier acuerdo, siempre está implícitamente predestinados al fracaso, si una de las partes sale mínimamente perjudicada en el tiempo, quedando en inferioridad de condiciones.

No parece buena idea y remedio que el BCE preste al FMI para que este lo preste a los Estados europeos en dificultades, sorteando así el monopolio y las dificultades de los banqueros por las graves carencias en la formulación del sistema que son una de las causas de la crisis económica.

Resulta un abuso de posición de dominio insostenible e ilegítimo, que los estados europeos y del mundo en general, se tengan que endeudar con la banca privada pagando intereses por la emisión de su propio dinero que es el de los ciudadanos. En la UE, el apartado 21.1 del artículo 123 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea, impide a los Estados financiarse directamente con la emisión de su propio dinero que es el de todos los ciudadanos, sino es a través de la banca privada pagando intereses.

No es razonable que los Estados, como organización de equilibrio y punto de encuentro de los intereses de todos, beneficien a nadie en perjuicio de la inmensa mayoría, asegurándoles además Constitucionalmente, los beneficios y el cobro preferente a la industria bancaria su negocio privado.

Bien puede parecer, que la industria bancaria se reserve en exclusiva financiar la actividades privadas en general, siempre que se impida el monopolio, con leyes que eviten su quiebra y la distorsión de los mercados y los precios, garantizando evitar la imposición de dominio de su mayor conocimiento y medios a los ciudadanos consumidores en cuanto a sus necesidades financieras.

Así, si queremos resolver los graves problemas de la crisis económica Europea y del mundo, los gobernantes y dirigentes, deberían empezar por abolir el apartado 21.1 del artículo 123 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea, que impide a los Estados financiarse directamente a coste 0 con la emisión de su propio dinero. También hay que instar leyes y normas para penalizar a que quienes estando en posición de decidir y actuar con el mejor conocimiento y medios perjudiquen a la inmensa mayoría o a quien sea.

Seguido se deben de reagrupar todas las deudas actuales y aplazar su amortización en el tiempo que sea necesario, de modo que se puedan amortizar flexiblemente con los beneficios y excedentes que se generen con los nuevos recursos monetarios y la real recuperación económica. Después por ejemplo, para restablecer el crédito y el sistema productivo que el BCE, deposite en las cuentas bancarias de todos los ciudadanos el equivalente a digamos 50.000 euros, con disposiciones mensualmente por importe máximo de 1.000 euros para quienes tengan ingresos inferiores a 15.000 euros anuales. Luego podemos seguir con todo lo demás asuntos de afianzar y unificar la Democracia, la política, Fiscalidad, Legislación Laboral, prestaciones y servicios sociales, distribución y límites de las rentas y los beneficios, precios, y, todo lo demás, sin ventajas para nadie en el orden, prioridad y preferencia que queramos.

Hay que decirlo de una vez, alto y claro: Sin nuevos recursos monetarios para activar la economía y el sistema productivo para que generen excedentes y beneficios, no se pueden pagar las deudas. Es cuestión de matemáticas, además de ética y solidaridad, no de la falsa economía impuesta mediante la dictadura del dinero que se aplica por los economistas sectarios y los gobernantes para el beneficio de una minoría.

Un gran saludo,
Juan Bernardo Montesinos



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